Historia de colchones

La historia ha demostrado, una y otra vez que la forma en que elegimos a dormir, va a afectar a nuestra calidad de vida. No dormir en colchones por mera coincidencia, sino por una necesidad humana básica para dormir bien. Hace miles de años, en el período neolítico, la gente tenía camas de piedra, pero aún dormía en la piel de los animales. Colchones apareció hace unos 5.000 años, pero los colchones de lujo comenzaron a aparecer ya en el declive del Imperio Romano. Terciopelo y seda se utiliza mucho en el Renacimiento, así como la red trabajó camas cuerda. camas de hierro fundido apareció en el siglo 19, los resortes sólo se introdujo después del año 1865. Moderno colchones con resorte funcionamiento interno se comercializaron por primera vez antes de la Segunda Guerra Mundial. En la memoria de la OAM finales de los 60 se descubrió, y por los años 80, de algodón, espuma y colchones de resorte interno eran fácilmente disponibles en todo el mundo.

hace 12.000 años antes de colchones, la gente dormía en cuevas, en el suelo, en las camas de piedra cubierto con pieles de animales durante el sueño de tocar las estrellas. En Escocia, las camas de piedra primitiva se encuentra en el poblado neolítico de Skara Brae, con su calendario de piedra astronómicos avanzados. El desarrollo de la primera colchones de algodón en Mesopotamia, Egipto y Babilonia, alrededor de 3.000 AC, trajo consigo un punto de inflexión en la evolución del colchón hasta el final de la Antigüedad en torno al año 529 dC, con la caída en la Edad Media.

En las civilizaciones orientales de China y Japón, el futón seguido evolucionando, así como el tatami, pero la cultura occidental parecían estar más interesados en las malezas secas, paja, lana, plumas y lee hasta el comienzo de la era del renacimiento en torno a 1432 AD, con la muerte de Juana de Arco. Su sacrificio en "La Place Rouge" en la ciudad de Rouen, no sólo se hizo eco a través de las cortes reales de Francia, pero llevaba consigo el grito de una "edad de la razón" en todo el mundo conocido. El Renacimiento revivió la pasión por la comodidad y el valor de una buena noche de sueño.

La pasión por el sueño y la iluminación que impulsó el Renacimiento, sobrevivió hasta el final hasta el siglo 19 con obras de arte como las camas talladas a mano en la fantasía Neueschwanstein castillo en Baviera. Pero los insectos y ácaros sin colchones como los conocemos hoy comenzaron a aparecer tan pronto como a finales de 1700 con la primera camas de hierro fundido, con colchones de algodón. La necesidad de la higiene y la comodidad llevó a la invención de los manantiales. NASA provocó la invención de los colchones de espuma de memoria, que han demostrado una y otra vez a ser mucho más eficiente que el diseño convencional de algodón de primavera-heredado de la Revolución Industrial.

no sólo se hizo eco a través de las cortes reales de Francia, pero llevaba consigo el grito de una "edad de la razón" en todo el mundo conocido. El Renacimiento revivió la pasión por la comodidad y el valor de una buena noche de sueño.

La pasión por el sueño y la iluminación que impulsó el Renacimiento, sobrevivió hasta el final hasta el siglo 19 con obras de arte como las camas talladas a mano en la fantasía Neueschwanstein castillo en Baviera. Pero los insectos y ácaros sin colchones como los conocemos hoy comenzaron a aparecer tan pronto como a finales de 1700 con la primera camas de hierro fundido, con colchones de algodón. La necesidad de la higiene y la comodidad llevó a la invención de los manantiales. NASA provocó la invención de los colchones de espuma de memoria, que han demostrado una y otra vez a ser mucho más eficiente que el diseño convencional de algodón de primavera-heredado de la Revolución Industrial.

En un mundo rápidamente globalizado, se puede aprender mucho por conseguir una buena noche de descanso. En los albores de la civilización, la humanidad aprendió a valorar su sueño y mirar a las estrellas. Durante la Edad Media, la civilización occidental lentamente comenzó el renacimiento de sus sueños, hasta 1969, cuando el primer hombre aterrizó en la luna, y se convirtieron en realidad. Ahora, en un mundo racional, hecha de torres de cristal y plástico, la carrera por la comodidad y una buena noche de sueño, depende del colchón que utilizamos para hacer frente a esta necesidad humana básica.